jueves, 5 de diciembre de 2013

¡UN PALO!



original publicado en la Revista Basket Fem Diciembre 2013

Estos días hemos escuchado en clase de filosofía una antigua canción de Pink Floyd que habla del tiempo y de la extendida costumbre entre la juventud de perderlo en naderías, como si su cuenta corriente de minutos dispusiera de un crédito ilimitado. No he hablado demasiado bien del mensaje de Time, que así se llama la pieza. Al contrario, les he transmitido a mis estudiantes que vivir no es un problema de economía del tiempo sino de prodigalidad de oportunidades y que la mayoría de las veces eso que los adultos llamamos “perder el tiempo”, ese “no hacer nada” que tanto nos enerva de los jóvenes, coincide con momentos de plenitud que sería delito desaprovechar. Les mencioné como ejemplo el juego, recordando la última campaña de una conocida marca de refrescos sin burbujas que ha tenido la feliz ocurrencia de reivindicar la desbordante imaginación y la infinita creatividad que es capaz de desplegar un individuo de la especie humana, si no median prejuicios y acomodamientos, cuando se pone en sus manos un simple palo, una piedra o una caja de cartón. Por el poder del juego, la desnuda realidad de la madera, la piedra o el cartón es transformada en varita mágica, joya extraterrestre o nave ultraveloz con la que surcar el firmamento sin salir del salón de casa.